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miércoles, 21 de agosto de 2019

DESEO DE SER PUNK, DE BELÉN GOPEGUI

Martina, la protagonista y narradora, una adolescente de dieciséis,  escribe a mano  una especie de carta-diario  para mostrar esencialmente su disconformidad absoluta y enrabietada  con el conformismo que la rodea. El pistoletazo  de esa nueva actitud suya suena  el 4 de diciembre, el día de la muerte del  único adulto a quien admiraba y cuya vida, dedicada a ayudar a los demás, parecía tener sentido. Se trata del padre de Vera, una de las amigas de la protagonista. La narradora aleja enseguida  los fantasmas de una relación de atracción sexual. Nada de eso, se trata  de la admiración por un actitud ante la vida. Con la muerte de ese individuo se ha quedado verdaderamente huérfana y no hay discurso familiar, ni amical, ni filosófico, ni político, ni literario que le pueda dar el hilo para encontrar su propia voz.

En buena medida, la visión que tiene de sus padres, de sus compañeros de estudios, de la sociedad,  no viene dada  por el trazo de situaciones concretas, ni por problemas y conflictos  que vayan tejiendo red  sino a través de la crítica a la música dominante, la que escuchan sus padres y sus amigos .  En vez de buscar un nuevo lenguaje en la literatura o en la filosofía o en la política,  la protagonista lo busca en la música, en las canciones, de ahí el título de  “Deseo de ser punk”.

Francamente la novela  me ha decepcionado y aburrido. En la narrativa de Gopegui siempre encuentro el mismo fallo:  parece que la madrileña  parte de una tesis ideológica y después busca la forma en que embutirla. La consecuencia es que  el mensaje no surge  de la propia lógica interna de la novela sino que se convierte en algo impuesto a ella. Por lo demás, la autora  no acaba de meterse en la mente de la adolescente ni da con el estilo de escribir  de una chavala de dieciséis años:   una veces imita torpemente su forma de hablar  y otras le da una madurez expresiva inesperada, con pensamientos que son de un adulto, que son de la propia  autora.  La relación entre los personajes, especialmente de Martina  con sus  padres está superficialmente explorada. Si sentimos que Martina está desorientada, sola, llena de rabia y huérfana de referentes, es por el método de la insistencia y de la repetición, es decir, porque la protagonista nos lo dice machaconamente. Que la muerte del padre de su amiga Vera le haya supuesto un cataclismo tenemos que aceptarlo  igualmente  bajo palabra, y no porque  se hayan construido sólidos fundamentos narrativos. 

Cada vez que leo un novela de Gopegui, no deja de apenarme que, coincidiendo generalmente con las críticas sociales de la autora, me defraude su forma literaria.





miércoles, 17 de julio de 2019

LOS MANDIBLE, UNA FAMILIA: 2029-2047, DE LIONEL SHRIVER

   
Las crisis son momentos en los que el miedo se dispara socialmente, pero también la tendencia a  analizar las corrientes del presente que pueden llevar al despeñadero en un futuro. En nuestro tiempo, al que tantas veces se califica de “acelerado”, el futuro temido parece más cerca: Lionel Shriver en  “Los Mandible: una familia 2029-2047”  lo situó a 12 años del año de la publicación del libro (2016) y 12 años no son nada históricamente ni siquiera a escala individual. 

     Un de los rasgos más brillantes de esta novela es la elección de los  personajes, con quienes muchos lectores se pueden sentir identificados  porque que el asunto les toca muy de cerca y muy de lleno. El desarrollo del colapso socioeconómico es radiografiado a través de cuatro generaciones de una misma familia que coinciden en el tiempo. No se trata de la caída de una bomba nuclear que de un día a otro cambia la vida de los personajes sumergiéndolos en un escenario de Mad Max; Shriver consigue graduar con maestría el deterioro económico, social y psicológico de la sociedad estadounidense. La escasez de alimentos, de agua, de energía; la caída en el desempleo y la marginación de capas y capas de la sociedad que nunca se habían sentido amenazadas; la ruina del estado, incapaz de hacer cumplir las leyes, entre ellas la más sagrada para EE.UU., la defensa de la propiedad privada; los terribles problemas de higiene que recuerdan al mundo medieval; la actitud despiadada de los bancos con los hipotecados; el uso de las tecnologías para realizar un control  cada vez más autoritario y deshumanizador;  la situación de estrés permanente de millones de individuos... que luchan cada minuto por la supervivencia... todo ello es narrado con una viveza y una verosimilitud que llena de inquietud y pánico al lector. 

     El desencadenante del colapso, con el que se puede estar de acuerdo o no, es la enorme deuda de los EE.UU., que se ha valido de la imposición del dólar como moneda de reserva e intercambio internacional para hacerse, a cambio de “papelitos,  con enormes  recursos ajenos. Llegado el momento en que otras potencias (China, Rusia) se niegan a sufragar a cambio de nada la economía estadounidense y exigen el pago de la deuda, EEUU se declara insolvente y se niega a pagar. Opta por el aislamiento y queda fuera del mercado internacional. Su propia producción es incapaz de abastecer a sus habitantes de los bienes básicos y se desata una inflación terrible. China, Rusia, Europa parece estar algo mejor que EE.UU., pero aun así también están inmersos en un cambio traumático.

     Ese es el contexto en el que viven los Mandible, cuyas diferencias internas ( hay Mandibles rico y Mandibles pobres)  acaban por igualarse ante la incredulidad de los afectados. La institución refugio es la familia; en cierto modo, esta novela es un canto a los vínculos familiares, los únicos que resisten la descomposición social y son capaces de frenarla en un cierto estadio. No quiere decir esto que las relaciones familiares sean idílicas en la novela, más bien muestran las tensiones en grados extremos, por eso lo sorprendente es que esos vínculos no salten por los aires con todo lo demás. Quizá la autora es demasiado optimista.

     Otras corrientes que están actuando en nuestro presente y nos llevan a un futuro incierto son solamente sugeridas de vez en cuando en la novela, especialmente las consecuencias del cambio climático y el declive irreversible  en la extracción de combustibles fósiles ( petróleo, carbón y gas natural). Esto me hace pensar que,  pese a la  dureza de la situación que muestra Shriver, se ha quedado corta y lo que muestra es un colapso suave.  Incapaz de sustraerse a los mitos estadounidenses,  la autora no ve más esperanza para ese mundo quebrado  que la familia, como he dicho antes, y el ideario liberal,  que coloca la libertad individual por encima de respuestas de organización colectiva. Toda la obra es un sálvese la familia o el individuo que pueda.



viernes, 2 de noviembre de 2018

Las noches de Flores, de César Aira o la literatura como broma

Lean ustedes "Las noches de Flores" y díganme si han acabado con un0 o varios de estos pensamientos:
  1. Hasta la mitad de la novela, pensaba que era un relato "naïf" de dos maduritos argentinos que se convierten en repartidores de pizzas para sacar un extra. En la segunda mitad de la novela pensé que César Aira se había vuelto loco.
  2. Cuando "descubrí" que Rosa era ciega, volví ingenuamente a páginas anteriores buscando la afirmación inequívoca de que Rosa contemplaba el paisaje. La encontré: Aira juega intencionadamente a las contradicciones y no al modo de Borges, porque piense que en un universo Rosa es ciega y en otro ve.
  3. Que Rosa resultara ser  un hombre con un miembro descomunal me pareció un chiste de mal gusto.
  4. Que ancianitos buenos resultaran ser delicuentes  es la metáfora de que todo lo que parece no es. Pero ya está muy vista.
  5. El final es lo más chusco de la obra y no es muy brillante: no sé si Aira no sabía cómo cerrar su desfiladero de disparates.
  6. Las reflexiones que hacen Ricardo, Zenón y su esposa sobre el arte no están mal.
  7. Nos descubre que para sobrevivir en Argentina la realidad puede convertirse en puro surrealismo.
  8. Ciertas truculencias, como la de la cabeza de Jonathan, el  adolescente secuestrado y descabezado son de una gratuidad extrema. Bueno, Aira juega con la gratuidad, con lo que no viene a cuento y por eso incluye en el cuento.
  9. No sé si volveré a leer una novela de César Aira. Con la mayoría de los autores no tengo esta duda.





sábado, 30 de septiembre de 2017

EL ADVERSARIO, DE EMMANUEL CARRÈRE


Esta novela de Emmanuel Carrère se publicó en el 2000 y fue muy pronto adaptada al cine por Nicole Garcia. La base argumental es un caso real que el propio Carrère siguió como periodista contratado por Le Nouvel Observateur. Los hechos eran, por tanto, del dominio público y en esta novela de no ficción se ponen en conocimiento del lector también con prontitud. El caso tiene tales componentes novelescos que quien lea la obra  sin saber que se basa en hechos reales pensará  que el autor inventó un argumento muy poderoso y original. De creer que es una novela de ficción el lector también le reprochará  al autor “descuidos” o “ inverosimilitudes” : difícilmente estamos dispuestos a creer que en la era digital alguien puede mantener  un secreto tan complejo por tanto tiempo sin cometer un solo error y arropado una y otra vez por la credulidad de los demás y por la suerte.

Los hechos son los siguientes: en 1993, Jean-Claude Romand asesinó a su mujer, a sus dos hijos y a sus padres, antes de un intento fallido de suicidio. Enseguida, los investigadores descubrieron que Romand había construido su vida sobre una mentira increíble: se  hacía pasar por médico investigador de la OMS en la ciudad suiza de Ginebra. Mientras  su familia y conocidos  lo creían  en su despacho o viajando por todo el mundo requerido para dar conferencias, él vagabundea por bosques, aparcamientos, hoteles y  cafeterías donde leía  revistas especializadas  de medicina (de hecho, había estudiado dos cursos de Medicina, pero nunca llegó a presentarse al examen de Segundo) que alimentaban a su personaje ficticio. El dinero para mantener el estatus social que le correspondería de ser cierto su trabajo, lo obtuvo estafando a sus propios familiares y a su amante quienes pusieron en sus manos grandes sumas de dinero en la seguridad de que Romand las colocaba en fondos suizos de gran rentabilidad.

A Carrère le fascinó  esta historia para cuya construcción tuvo que enfrentarse a problemas de técnica narrativa, especialmente el  del punto de vista y y el del tono. En  la novela utiliza   la autobiografía en primera persona del protagonista  y la de la biografía en tercera  persona realizada unas veces por un narrador omnisciente y otras por un narrador testigo;   incluye  también parte del propio proceso de  creación:  sus reflexiones teóricas, sus miedos de que se confunda comprensión con justificación, su miedo de que ser personaje literario dote de otra identidad a Jean-Claude Romand, su  presencia como periodista en el juicio , las cartas que intercambió con el preso... Lo interesante de esta novela negra es el intento de ver al personaje por dentro sin justificarlo. En definitiva, trata de  responder a esas  preguntas que nos hacemos todos ante acontecimientos que exceden nuestra comprensión racional: ¿Qué ocurre en el interior de un ser humano para llegar a asesinar a cinco seres queridos, aceptando que efectivamente sí los quería? ¿Qué impulsa a un individuo a sostener una mentira que le causará mil veces más problemas que confesarla? ¿Realmente llega un momento en el que no hay marcha atrás y todo está determinado por lo hecho anteriormente? ¿Hasta qué punto podemos vivir con una identidad creada para los otros?

Una novela de lectura apasionante que nos ofrece una imagen de Jean-Claude Romand alejada de los clichés que encontramos en cualquier artículo o reportaje de la época. Como muestra pueden ver, antes o después de leer la novela, este reportaje: