Nadie que haya leído las páginas de Señor de las periferias permanecerá indiferente a la figura del poeta suizo aún poco conocido entre nosotros y, sin duda, sentirá una gran curiosidad por su obra. He de confesar que de Robert Walser he leído únicamente “El paseo” por imposibilidad de encontrar ninguna otra obra traducida. Después de leer la obrita de Montiel, no me cabe duda de que el gran atractivo de Walser es esa hipersensibilidad que le impidió adaptarse a un mundo que, en realidad, deforma profundamente a los seres humanos, los aleja de la naturaleza y los hace trizas en una vida cuyo tiempo está concebido como una maquinaria económica a cuyas exigencias y aceleración constante nadie puede escapar, salvo los niños, los locos y los poetas; sobre todo los poetas que por no dejar nunca el asombro ante la vida de los niños fueron encerrados por locos.
P.D. 1 Le agradezco mucho a mi amiga M.J. habérmelo dado a conocer en su blog.
P.D. 2 Les dejo una página del libro de Montiel que me parece extraordinaria: