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domingo, 18 de marzo de 2018

EL LLANTO DE VENUS, DE G.U.

Sala central del Museo del Prado. A lo lejos suenan ráfagas de metralleta y explosiones de bombas arrojadas a unos kilómetros. De un pasado bombardeo ha quedado un boquete en el techo de la nave central por donde entra a raudales la luz de la luna y crea un ambiente lunar en la sala. Del cuadro de Tiziano, salen desconcertados,  VENUS y  ADONIS. 

Venus.  ( Moviendo sus brazos, girándose hacia Adonis llena de sorpresa)_ ¿Adonis? ¿Adonis? ¿Somos capaces de movernos? ¿Puede ser esto verdad? ¿Algún dios se ha apiadado de nosotros?

Adonis._ ( Sonríe ampliamente y  abraza a Venus mientras mira a su alrededor asombrado) Eso parece.

Venus._ Entonces, eso significa que ahora puedo despedirme de ti de la manera que tantos años estuve esperando.

Adonis._ Y yo puedo admirar tu belleza de una perspectiva diferente a la de estos años.

Venus._ El no haberte acariciado durante siglos hace que ahora lo  sienta como una experiencia totalmente nueva.

Adonis._El besarte después de muchos años  hace arder mi corazón.

Venus._Aguarda un momento. ¿Escuchas eso? Algo está ocurriendo fuera.

Adonis._Tienes razón; alguna nueva guerra provocada por los titanes o los gigantes...déjame que salga de este lugar para saberlo. Si han sido ellos los que nos han sacado de nuevo al tiempo, me temo lo peor.

Venus._No, deja que salga yo, no quiero que ésta vuelva a ser la última vez que oiga latir tu corazón.

Adonis: De acuerdo.

 (Venus se precipita al final de la nave donde esta la puerta de la escalinata central; se la ve deslizarse rápidamente entre la sombras y volver)

Adonis._ ¿Qué ocurre?


Venus._Están arrojando  piedras con fuego dentro; se  están acercando. Deberíamos  buscar refugio antes de que nos alcancen.


Adonis._Tenemos que irnos de aquí lo antes posible.


Venus._Sabía que esto no duraría mucho...


Adonis._¿A quién se le ocurre empezar una guerra ahora?


Venus._A nuestro querido dios enemigo Marte, pensaba que estaba claro.


Adonis._Solo al dios de la guerra se le podría ocurrir algo así.


Venus._Dejemos de pensar  en ese l dios  cruel  y busquemos un  refugio antes de que esas bombas nos atrapen.


Adonis._Marte acabará llegando a nosotros de alguna manera, lo mejor va a ser disfrutar de este último momento como nunca antes lo hicimos.


Venus._No nos queda mucho tiempo, se están acercando. No quiero volver a perderte.


Adonis la envuelve en un abrazo


Venus._ ¡Adonis, no!


Adonis._Despidámonos mientras seamos capaces; es el final.


Venus._No quiero que este sea mi último adiós, te envolveré entre mis brazos hasta que yo también sucumba al fuego.

Se oye un estruendo de una bomba  tras el cual se hace por un momento una total oscuridad en el museo. Cuando la luna vuelve a alumbrar la escena, Adonis yace en el suelo y Venus lo llora.






domingo, 4 de marzo de 2018

Existencia mortal, de G.U.

Resultado de imagen de vestidos sin cuerpo cuadro surrealistaDetrás de esa vieja puerta debía de haber algo. Eris lo sabía y no intentó ni recapacitar después de pasar por aquella verde y vieja puerta. Realmente debía de tener años, ya que el poco color verde que conservaba aún  se estaba cayendo a trozos, y un color grisáceo se estaba extendiendo por ella. No tuvo que andar mucho por ese mudo bosque para encontrarse con una señal, la cual o estaba sin letras o iconos , o la neblina  hacía imposible de leerlos. La pelinegra siguió caminando con la única preocupación del posible encontronazo con una cobra. La  muchacha sería muy valiente, pero cuando un reptil aparecía, su cordura desaparecía. Se estaba haciendo tarde  y si ya tenía una visión reducida a causa de la neblina, la desaparición de los rayos de luz no la estaban ayudando en nada.La idea de darse la vuelta para volver a su vergel no le pareció una mala idea, y como si el destino no lo permitiera, un destello de luz se asomó por los arbustos, lo que consiguió que Eris diera unos pasos y se topara con un edificio.

Realmente parecía un hotel desolado, no era muy grande pero para una persona había suficiente. Además no era ese típico hotel totalmente destrozado que te muestran en las películas, sí que tenía una zona destrozada, pero su aspecto revelaba que  cuando ese hotel estuvo  en funcionamiento, estaba compuesto por dos diferentes zonas, de las que una se mantenía en muy buen estado y otra había sufrido daños.La puerta de entrada era lo único que no estaba pintada de negro; tenía un color azul claro, “una extraña mezcla de colores”, pensó, pero no le dio demasiada importancia. Abrió la puerta y se encontró con una recepción completamente amarilla, en la que el único objeto o mueble que se podía ver era una silla, también amarilla. Lo único que le llamó la atención de esa sala fue lo alumbrada que estaba, algo extraño al recordar que estaba abandonada. Siguió su camino para encontrarse  con un pasillo atestado de   puertas a ambos lados.

Cada puerta estaba numerada en orden, del 1 al 13, y cada una de ellas con nombres aleatorios como Cok y Astro.  A Eris, que era una mujer llena  de curiosidad, esto le parecía algo divertido y para nada alarmante.

Observó cada puerta atentamente y se decidió por  la puerta número 6, sin intención de seguir el orden de cada puerta. Abrió la puerta y se quedó atónita al encontrarse con una habitación completamente blanca. Se podía ver también una cama blanca a la izquierda y en la pared, un sólo vestido del mismo color, pero con la parte de abajo un poco desgastada. Ésta, amante de probarse ropa que no era de su posesión, se probó el vestido sin descaro alguno y sin pensamiento de deshacerse de él. Se dió la vuelta, miró a la pared y observó la hora: las doce en punto. De repente,  la  sacaron de sus pensamientos  un ruido atronador de varias puertas cerrándose y pasos. La puerta de la habitación en la que se hallaba se abrió, y por mucho que la muchacha deseara darse la vuelta, una fuerza extraña se lo imposibilitaba. Segundos después, podía sentir pasos apresurados acercándose a ella. Un minuto más tarde dejó de sentir esa fuerza que le impedía moverse y se dio la vuelta con inquietud. Se encontró  con un vestido marrón tirado en el suelo, con la parte de abajo desgastada, al igual que el vestido que la mujer llevaba puesto.

No pudo encontrar sentido alguno a lo que acababa de pasar, buscó por la cama, pero no encontró nada. Después de un buen rato, se le ocurrió mirar en su vestido, y efectivamente, tenía una pequeña nota pegada en la parte del escote, la arrancó y se puso a leerla, <<Por la puerta a en punto no debes salir, 60 segundos deberás de esperar>>, ¿Por qué no debería salir?, se preguntó en voz alta. Esta vez la curiosidad realmente podía con ella, así que espero a que fueran la una para poder salir y poder entender el por qué no debería salir.


Quedaba solo un minuto para que fueran en punto, así que salió al pasillo y espero ahí un minuto. Llegó la hora y al momento de escuchar otra vez el mismo ruido de antes, miró a su derecha y se encontró con otros 5 vestidos de diferentes colores, morado, negro, rosa, amarillo y verde, los cuales actuaban como si alguien los estuviera utilizando, solo que no los llevaba ningún cuerpo.  Cuando al vestido de su derecha le tocó pasar a la habitación en la que ella se estaba alejando, este pareció enfurecerse de repente y apresuró su paso, casi corriendo para llegar a ella.Intentó correr, pero no podía moverse, y con lágrimas en los ojos, esperando a que pasaran los 60 segundos antes de que algo trágico ocurriera, cerró sus ojos, y los cerró para siempre, esperando a esos 60 segundos que nunca llegaron

viernes, 12 de enero de 2018

Soneto XXXI. de G.U.



¡Feliz quien, como Ulises, ha sobrevivido a las sirenas
y a las trampas del grandioso Poseidón,
y ha regresado luego, sin perder la esperanza
de recuperar a su amada y estrecharla entre sus brazos!

¿Cuándo volveré a ver, ay, de mi pequeño pueblo
la flores desaparecer en aquel río?
y ¿qué será de aquel banco que  guarda nuestros
último recuerdos  de una noche plena, que no se deben olvidar?

Extraño más aquella lluvia que mojaba mis pies
que este falso sol que alumbra lo que quiere;
más la música llena de recuerdos
que la amargura de esa melodía llena de falsas esperanzas.

Más ese frágil  caserío hecho pedazos
que esas casas construidas hasta el mínimo detalle
y sin significado.


                                             G.U.





viernes, 24 de noviembre de 2017

Odio, de G.U.


Odio


El odio son las cosas que te gustaría
hacer a esa vecina
que deja la aspiradora
 enchufada
para que te despiertes.


El odio son las cosas  que te gustaría
hacer cuando sientes ganas
de dormir 
y descansar
y recuerdas 
que sigues en clase.


El odio son las cosas que te gustaría
hacer cuando tu móvil
se queda
 sin batería
en la mejor parte de la canción.


El odio son las cosas que te gustaría 
hacer cuando dejan
 abierta
la puerta de tu habitación.


El odio son las cosas que te gustaría hacer
cuando  tu cara
 se sonroja
por cualquier
extraña sensación.


El odio son las cosas que te gustaría hacer
cuando te pasa algo vergonzoso
delante de la gente
que te interesa.


El odio son las  cosas que te gustaría hacer
cuando hablas de tus aficiones
y te llaman 
obsesa.


El odio son las cosas que te gustaría hacer
cuando sales del cuarto
y  olvidas
 completamente 
lo que estabas pensando.


El odio son las cosas que te gustaría hacer
cuando la gente 
te interrumpe
con excusas
cuando estabas conversando.


El odio son las cosas que te gustaría hacer
cuando viajas
y tienes siempre la impresión
de haber olvidado 
algo  importante en casa. 

                                           G.U.