martes, 1 de agosto de 2017

MEDITACIONES DE MARCO AURELIO, LIBRO I CONSEJOS PARA LLEVAR UNA VIDA DIGNA

                                                          VIVIR CON DIGNIDAD Y SABIDURÍA





El libro primero de la Meditaciones de Marco Aurelio tiene algo de dedicatoria agradecida a quienes lo formaron moral e intelectualmente. De este primer libro se pueden extraer los fundamentos de su moral.Muestran la postura vital de  alguien que quiso ante todo ser un ser humano  consciente de  que ello implica una seria responsabilidad para consigo mismo y para  con  los demás. Aquí extraigo algunos de esos principios que me parecen de gran utilidad para los turbulentos días que vivimos sin saber muchas veces el mejor modo de hacerlo.





Estos eran sus propósitos:

  1. Mantenerse estoico  frente a las  dificultades.
  2. Vivir con frugalidad y sin ningún apego a las riquezas.
  3. Evitar calumniar a los demás.
  4. No interesarse por asuntos superficiales.
  5. Corregir y cuidar el carácter.
  6. No dejarse seducir por los sofistas.
  7. Reconciliarse con los arrogantes en cuanto muestren arrepentimiento.
  8. Leer sin prisa y no darse por satisfecho  con entender algo superficialmente.
  9. Mantener la libertad de espíritu.
  10. No fíar nada a la suerte.
  11. Guiarse por la razón.
  12. Permanecer siempre con el mismo ánimo sean los sucesos desgraciados  o  sean alegres.
  13. Saber recibir los favores que nos hacen los amigos,  sin despreciarlos y sin  volvernos esclavos de ellos.
  14. Vivir conforme a la naturaleza.
  15. Tener paciencia con los ignorantes y los que  tienen  creencias irracionales.
  16. Alabar sin hacerse notar.
  17. No hacer  nunca alarde de  vastos conocimientos.
  18. No criticar ni hacer reproches  precipitadamente.
  19. No corregir a otro por nimiedades
  20. Conocer la perversidad poliédrica y  la hipocresía de la tiranía.
  21. Conocer la carencia general de sentimientos de los patricios
  22. No disculparse con un  “estoy muy ocupado”. No poner como excusa la urgencia de nuestras ocupaciones para desatender a los amigos.
  23. Hablar siempre bien de los maestros.
  24. Amar profundamente a los hijos.
  25. Amar a la familia, amar la verdad y la justicia.
  26. Ejercer un gobierno basado en la libertad de expresión y en la igualdad ante la ley.
  27. Respetar  la libertad de expresión de los súbditos.
  28. Mantener constancia y  perseverancia en el estudio de la filosofía.
  29. Hacer el bien, ser generoso con los amigos y tener confianza en ellos.
  30. No disimular ante quienes merecen reproche.
  31. Ser  transparente con los amigos de modo que no tengan que adivinar  lo que nos gusta y lo que no.
  32. Mantener el autocontrol y no andarse con rodeos.
  33. Procurar tener un carácter equilibrado entre afable y severo.
  34. No quejarse de lo que tenemos que hacer.
  35. Decir todo lo que se piensa, pero siempre con buena intención.
  36. No pasar de la risa convulsiva a la cólera.
  37. Mostrar indulgencia sin mentir.
  38. Mantener una serena firmeza de ánimo  a la hora de sostener las decisiones tras sopesar pros y contras.
  39. No vanagloriarse con honores vacuos.
  40. Amar el trabajo y ser perseverante.
  41. Prestar atención a quienes pueden aportar algún beneficio a la comunidad
  42. Premiar a cada uno sin vacilaciones según sus méritos.
  43. Distinguir cuándo hay que esforzarse al máximo y cuándo hay que relajarse.
  44. Ser  riguroso y constante a la hora de investigar y no darse por satisfecho con las primeras impresiones.
  45. Pensar en el futuro y no dramatizar por asuntos insignificantes.
  46. Poner coto a la adulaciones que le dirigen a uno.
  47. Mostrar paciencia contra las acusaciones injustas
  48. No ser proclive a atraerse con lisonjas  el favor de los amigos.
  49. Usar los bienes que contribuyen a hacer la vida más fácil sin afectación y  con honradez y no echarlos en falta cuando escasean.
  50. Apreciar a los verdaderos filósofos, sin menospreciar a los otros, pero sin dejarse seducir por ellos.
  51. Ocuparse del cuidado personal con moderación, sin dar muestras de ocuparse en él todo el tiempo, sin coquetería ni negligencia.
  52. Atenerse a lo que debe hacerse y no a la fama que de ello deriva
  53. Sopesar cada cosa en su momento y con calma, sin inmutarse, con sentido de  la proporción.
  54. Poder abstenerse y disfrutar al mismo tiempo de aquellos placeres que pocas personas son capaces de rechazar , y a cuyo goce se abandona casi todo el mundo.
  55. No  mantener relaciones sexuales  antes de tiempo;  incluso, retrasar su inicio en ellas  un poco.


BREVE BIOGRAFÍA DE MARCO AURELIO


Marco Aurelio nació el 20 de abril del año 121 en Roma en el seno de una familia de origen hispánico.Desde joven se interesó por la filosofía. Discípulo de Frontone que fue su maestro de retórica. Marco Aurelio formará parte del estoicismo, convirtiéndose en uno de sus más importantes representantes. Tras la llegada al poder de su tío Antonino Pío, fue adoptado por él y lo casó con su hija. Cuando Antonino Pío falleció, se convirtió en emperador, en el 161, año en el que asoció al trono a su hermano por adopción Lucio Aurelio Vero (fallecido en el 169).

En el transcurso de su reinado libró guerras defensivas en las fronteras del norte y del este del Imperio. Sus legiones contuvieron la invasión parta de Siria en el 166, y en el 167, luchó contra las tribus germanas en la frontera Rin-Danubio. Marco Aurelio regresó a Roma, de forma intermitente, durante la campaña germana, con el fin de realizar reformas legales y administrativas. Muy preocupado por el bienestar público, vendió posesiones personales para mitigar los efectos del hambre y la peste en el Imperio, pero persiguió a los cristianos, creyendo que eran una amenaza para el sistema. Fundó escuelas, orfanatos y hospitales, y alivió la carga de los impuestos. También intentó humanizar el trato que los amos daban a sus esclavos. Reforzó la centralización de la administración y, aunque devolvió la importancia al Senado, incrementó la autoridad imperial. En el 176 regresó a la frontera norte, esperando extender los límites del noreste del Imperio hasta el río Vístula.

Falleció el 17 de marzo del 180 a causa de peste en Vindobona (hoy Viena).Por sus triunfos, se le erigió en el Foro romano, una columna conmemorativa, llamada Columna Antonina, en la Plaza Colonia y un monumento ecuestre en el Capitolio. Le sucedió su hijo Cómodo poniendo fin a la guerra danubiana.

Su labor como filósofo, es recordada por su obra Meditaciones , un compendio en doce libros de preceptos morales escritos en griego mientras desarrollaba sus últimas campañas militares.

(Esta bresumen biográfico es gentileza de www.buscabriografias.com)

martes, 18 de julio de 2017

RELATOS CONTEMPORÁNEOS: UN BÉCQUER MENOS CONOCIDO


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Gustavo Adolfo Bécquer es un autor al que  nunca le han faltado lectores; algunas de sus  rimas y leyendas han pasado a formar parte del imaginario literario  de nuestro país. Sin embargo, hay otras obras, en concreto, Cartas desde mi celda y  Relatos Contemporáneos, que son mucho menos conocidas y leídas, lo cual no deja de ser una pena.

Entre los años 1862 y 1863, Bécquer iba a publicar en distintos periódicos, con preferencia en el Contemporáneo, relatos que nos muestran  a un escritor en tensión entre las exigencias  de un público de gusto realista  y sus propias pulsiones románticas, unas veces aceptadas y otras vistas con ironía por él mismo.

En este volumen preparado y presentado por Joan Estruch se recopilan  algunas de aquellas narraciones publicadas en  periódicos. Hay varias  en las que el lector se reencuentra  con el tono y el ambiente romántico de las leyendas  sin que en ellas quede cuestionado el Romanticismo.Tal es el caso de  la que lleva por título Tres fechas . La ambientación romántica  de este relato de componentes autobiográficos es deliciosa: una calle misteriosa, una plaza solitaria, una arquitectura en  sugestiva decadencia y una naturaleza caótica y silvestre. Imposible no dejarse llevar embelesado por ese Toledo por el que Bécquer anduvo captando secretos y fantaseando amores. En torno a  las tres fechas a las que alude el título y que son las de tres visitas a Toledo del Poeta, se hila un  tenue argumento : la joven percibida en una ventanuco, casi inventada y por ello  más apetecible, parece tomar  cuerpo , hacerse realidad en la última fecha. El momento en que el sueño  toma cuerpo es el momento en que la amada se pierde definitivamente.


En ¡Es raro!, sin embargo, el Romanticismo está ya puesto en cuestión. El narrador , trasunto de Bécquer,  cuenta a unos amigos en una reunión burguesa la historia de Andrés, un joven  que muere por un desengaño amoroso. Sus oyentes  se encogen de hombros con escepticismo: ya nadie cree  en esos amores que llevan a la muerte; no solo no creen sino que les parecen  personas de mal gusto los que sí creen y  desde luego, los que pretenden hacer literatura con esas creencias.  Bécquer sabe perfectamente que la mentalidad del público está cambiando.

En otro de los mejores relatos, El aderezo de esmeraldas, Gustavo Adolfo conduce al lector por una tópica  historia romántica  en la que el protagonista tiene como reto hacerse con una joya para regalársela manteniendo el anonimato a la misteriosa joven de la que se ha enamorado. Todo indica que el desenlace va a estar ligado a un descubrimiento trágico que imposibilitará ese amor; sin embargo,  Bécquer hace al final  un quiebro inesperado e irónico en el que se diluye la tensión narrativa y da, por decirlo así, un chasco al lector. Es un reconocimiento de la inviabilidad de las historias románticas y la necesidad de distanciarse irónicamente de ellas. Otro  final antirromántico lo encontramos en Un lance pesado, relato en el que, después de predisponer al lector para un final terrorífico, lo lleva a un desenlace ridículo.

El relato más conocido de este volumen es La venta de los gatos. Una narración donde de nuevo encontramos todos los presupuestos románticos aceptados.  Parece ser que el padre de Bécquer había pintado un cuadro costumbrista en el que se recreaba dicha venta. El relato de Bécquer tiene dos partes muy bien delimitadas :  en la primera, la venta sevillana  nos es descrita  en su pintoresco esplendor;  entre los personajes retratados  está una pareja de enamorados a los que el poeta augura una felicidad segura. La segunda parte, separada por varios años de la primera, es el retrato sombrío de la venta y  sus personajes; el narrador nos da a conocer el trágico final de aquella historia amorosa que había previsto, equivocadamente, feliz.

 
Los animo a disfrutar de estos relatos que están entre lo mejorcito del Romanticismo europeo y no solo del Romanticismo español.








domingo, 16 de julio de 2017

AL FILO DE LA NAVAJA,DE W. SOMERSET MAUGHAM



Un narrador, un escritor que toma el apellido del propio autor, nos cuenta las  vidas  entrecruzadas de cuatro personajes americanos: Larry Darrel, Elliott,  Isabel y  Gary  Maturin. De encuentro a encuentro pueden mediar días, semanas, meses  o años. Dichos encuentros se producen en diferentes escenarios: París, Chicago, Londres y la Costa Azul. Los personajes van a vivir diferentes acontecimientos históricos que tienen gran incidencia en sus vidas privadas: La Gran Guerra, los felices años 20 en París, el enriquecimiento rápido en los EEUU, el crac bursátil del  29 y los años previos al desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.

En cada uno de  estos cuatro personajes, presenta Maugham un camino diferente en su búsqueda común de la felicidad. Larry Darrel, después de su participación en la Gran Guerra, sufre una transformación radical  que lo lleva a buscar un sentido espiritual a la vida. Sacrifica para ello el camino convencional al que todos quieren empujarle, especialmente su novia Isabel. Esta sabe con toda precisión cuál es el camino que la lleva a la felicidad, una felicidad que está inexorablemente ligada al disfrute material y social  de todo lo que el Capitalismo en expansión puede ofrecer a aquellos que están en posición y predisposición de enriquecerse con él. Gary Maturin representa al americano  convencido de todos los principios del joven y voraz Capitalismo de su nación. Ni por un momento se le ocurre cuestionarlo. Elliott, tío de Isabel, representa el espíritu  refinado de la Belle Époque francesa. De joven supo introducirse en los medios aristocráticos en los que se convierte en el perfecto caballero, en el perfecto invitado y anfitrión.Su vida es un banquete  en el sentido literal y figurado Es, en ese sentido, el americano que ama el snobismo aristocŕatico europeo y hace de él su razón de existir y su razón para enriquecerse ( vende obras de arte a ricachones americanos). En ciertos rasgos recuerda al Swann de Proust.

La novela está escrita con  maestría y mantiene el interés del lector sin desfallecer  en buena parte de su recorrido. Hacia el final, se produce una quiebra en su calidad, sobre todo, en el seguimiento de la historia de Larry, personaje por el que el narrador hace surgir  un vivo interés que se desvanece cuando  nos endosa como un ladrillo, las reflexiones filosóficas del joven. Larry, tan comedido en palabras a lo largo de la novela, envuelto en un aura de misterio, pierde mucho con ese afán ensayístico de Maugham. Exquisito, en mi opinión, es el trazado de otro personaje, Elliott. Al contrario de lo que ocurre con Larry, el interés por él se acrecienta en la parte final de la novela.

Pese a su irregularidad, es una novela cuya lectura es muy recomendable. Una pena que el autor no hubiera sacrificado esas páginas que hacen descender la intensidad de  la narración.

jueves, 13 de julio de 2017

RECURSOS INHUMANOS DE PIERRE LEMAITRE, UNA NOVELA NEGRA FRANCESA CON UN RITMO MUY AMERICANO


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Alain Delambre, en otro  tiempo  exitoso  director de recursos humanos  al que no le faltaba  ni el amor de su mujer ni el cariño de sus dos hijas  vive, en cuatro años de paro, un descenso a los infiernos. A sus  57 años,  cuando la desesperanza y  las pulsiones violentas se van apoderando de él , es -contra toda lógica empresarial- admitido  como candidato en un proceso de selección cuya última e inquietante prueba es el simulacro de  una toma de rehenes. Delambre se aferra a esta esperanza como a un último cartucho y para conseguir ese empleo  está dispuesto a todo, aunque ese todo  incluya poner en peligro su relación con su mujer, Nicole, y con sus dos hijas. El juego de rol se va a revelar como  un macabro juego de muerte…
Pierre Lemaître demuestra que un escritor europeo  puede aprender mucho del trepidante thriller americano sin perder el gusto por el autoanálisis francés. Aúna bien la acción y la reflexión. La primera parte de la novela es magnífica: en ella el lector no puede sino preguntarse cómo lo transformaría a él una situación como la  que vive Alain Delambre, un individuo representante de la clase media francesa que ni en sus peores pesadillas se hubiera visto reflejada  a sí misma en el tipo que vive en un coche o en el delincuente sin  remordimientos. Es fácil contagiarse de la rabia que siente el protagonista. Lemaitre prepara al lector a fondo para el momento de la prueba de selección de personal a la que acude el protagonista. A partir de ahí la acción se complica de una manera un tanto rocambolesca, menos creíble que la parte anterior al simulacro, pero igualmente adictiva.

miércoles, 12 de julio de 2017

EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO (1968-1998) (1) ANTONIO MARTINEZ CARRIÓN




Con esta entrada comienzo una serie de entregas sobre poetas y poemas que aparecen en la excelente antología que publicó Visor en 1998. Es tal su calidad que no me he resistido a dar a conocer aquí algunos de los poemas, los que más me han impresionado a mí . Espero que igualmente los disfruten ustedes.


ANTONIO MARTINEZ CARRIÓN (Albacete,1939)


En el  poema titulado el cine de los sábados, Martínez  Carrión han  conseguido, en un puñado de versos, hacer sentir al lector la emoción de un hombre que, ya cercano a los 40, recuerda esos sábados de la posguerra  miserable y española en que el cine era el gran acontecimiento para adolescentes y  para adultos .Sin signos de puntuación, en el poema se suceden  una  serie de imágenes  como fotogramas rotos y dispersos de la evocación.

El cine de los sábados


Maravillas del cine galerías
de luz parpadeante entre silbidos
niños con sus mamás que iban abajo
entre panteras un indio se esfuerza
por alcanzar los frutos más dorados
ivonne de carlo baila en scherazade
no sé si danza musulmana o tango
amor de mis quince años marilyn
ríos de memoria tan amargos
luego la cena desabrida y fría
y los ojos ardiendo como faros
         

Otro emocionante poema de Martínez Carrión fue el que escribió sobre Fernando Pessoa.  Martínez Carrión  nos lo retrata crudamente  _según referencias _en sus primeros momentos de difunto, hace un  inventario  _ también según referencias_ de la habitación del poeta, de los objetos más íntimos de cuya visión, el poeta muerto, ya no puede substraer a los extraños.

Crónica fabulosa de Fernando Pessoa

murió el oficinista tenía

una hinchazón horrible paperas
de diagnóstico turbio un diván
gayo papeles esparcidos
por todos los alvéolos de su historia
un hijo de cartón grifos corriendo
que erizaban el vello de los brazos
murió fumando erraba ciertas noches
por claveles de tinta por finos mecanismos
guarnecidos de piel por sellos antigripe
acompañados de un certificado inusitadas
pirámides de polvo hallaron
un orinal debajo de su mesa
postales pornográficas de indescriptible alcance
un libro muy oscuro sobre el maestro eckhart
una alcancía llena de coñac


según los más veraces testimonios
solía mirar al alba los enormes delfines
las joyas y los cuernos que trajeron de goa
una rodela del gran navegante botes de humo
mazmorras para herejes los despuntes
del día le cogían en éxtasis se llevaban
su abrigo de mezclilla  su aterrador paraguas
su personalidad que vaya usted a saber
y otra vez -sol muy tibio gaviotas-
lo devolvían a su inútil despacho
mientras doblaban quejumbrosamente
las verdes anclas del almirantazgo.



                 

martes, 11 de julio de 2017

DOÑA BERTA, DE CLARÍN, OTROS OJOS PARA MIRAR MADRID


EEEE
Doña Berta, de Leopoldo Alas, Clarín


Hoy les invito a viajar literariamente a ese Madrid que Clarín conoció  muy bien y  que en Doña Berta nos es descrito  a través de la mirada  de una viejecilla provinciana a la que solo un asunto de vital importancia ha podido sacar de su verde Asturias.

Para quienes aún no hayan leído esta deliciosa novela breve, no estará de más anticiparles  un poco de su argumento:

Doña Berta es una anciana  hidalga asturiana que vive  aislada del mundo en su  mermada heredad, acompañada únicamente de una sirvienta, también añosa. Jamás ha salido de la tierra en que naciera,  ni concibe hacerlo, orgullosa como está de ese terruño suyo donde nunca llegaron  invasiones que atentaran contra la limpieza de sangre de sus antepasados, o en sus palabras , "donde nunca llegaron ni los romanos ni los moros". Lo único nuevo que entró en su casa, allá en su lejana  juventud, fueron las novelas románticas que ella creyó a pies juntillas.

Pese a la gustosa monotonía de su vida de anciana,  hay un secreto  que aún la perturba: de joven la sedujo, al modo romántico, un guapo militar liberal  al que los cinco hermanos varones de Berta, fanáticos carlistas,  acogieron en su casa y con el que simpatizaron pese a sus diferencias políticas. El joven liberal volvió a la guerra,  no sin antes haber prometido a Berta que regresaría a casarse con ella en cuanto ésta acabara, pero nunca volvió. La joven quedó embarazada de esa relación  y sus hermanos, temerosos del escándalo y de la mancha contra el honor de la familia, hicieron desaparecer al hijo. La  joven, dividida entre su amor y su sentimiento de culpa  nada pudo hacer -o quiso hacer-  contra la decisión familiar. El tiempo fue diluyendo el recuerdo y con él,  la culpa. Sin embargo, el encuentro con un joven  pintor en el postigo del huerto de su heredad va a trastornar radicalmente la vida de la anciana... y llevarla a Madrid.
Y ahora veamos cómo era ese Madrid a los ojos de doña Berta.

Madrid de finales del siglo XIX, visto por una vieja provinciana


A lo que parece, la estancia de Berta Rondaliego en Madrid sucedió en algún año de finales de la década de los 80  y principios de la de los 90 del siglo XIX, antes de la muerte, en  1897, de Antonio Canóvas _citado en la novela_  Este parece el contexto histórico más probable ya  que la protagonista se enamoró de un militar liberal en algún momento de la Segunda Guerra Carlista, transcurrida entre 1846 y 1849  y, en la narración se nos dice que cuando está en Madrid era una septuagenaria. También hay que tener presente que los tranvías que tanto teme Berta no empezaron a funcionar en Madrid hasta 1871 y hacia 1885 la red se había extendido considerablemente.



Madrid en 1885
Puerta del Sol en 1891

Este debería ser, por lo tanto, el aspecto que tenía el Madrid por el que anduvo Doña Berta.
La primera imagen que nos ofrece Clarín es esta de la Puerta del Sol:

"Amanecía, y la nieve caía a montones, con su silencio felino que tiene el aire traidor del andar del gato, iba echando, capa sobre capa, por toda la anchura de la Puerta del Sol, paletadas de armiño, que ya habían borrado desde horas atrás las huellas de los transeúntes trasnochadores. Todas las puertas estaban cerradas. Sólo había una entreabierta, la del Principal; una mesa de  buñuelos, que alguien había intentado sacar al aire libre, la habían retirado al portal de la Gobernación".


Doña Berta contempla la plaza nevada y observa las maniobras con la mesa de buñuelos desde una esquina de la calle del Carmen. En la iglesia del Carmen, precisamente, es donde doña Berta oirá misa al alba:
Iglesia del Carmen, Madrid


"Iba a misa del alba. La iglesia era un refugio; solo allí se encontraba algo parecido a lo de allá. Sólo se sentía unida a sus semejantes de la corte por el vínculo religioso. "Al fin, se decía, todos católicos, todos hermanos." Y esta reflexión le quitaba algo del miedo que le inspiraban todos los desconocidos, más que uno a uno, considerados en conjunto, como multitud, como gente".


Las entonces afueras de Madrid le sugerían estos pensamientos a la protagonista:

"Había querido pasear por las afueras ..., ¡pero estaban tan lejos! ¡Las piernas suyas eran tan flacas , y los coches tan caros y peligrosos! Por fin, una, dos veces, llegó a los límites de aquel caserío que se le antojaba inacabable...; pero renunció a tales descubrimientos, porque el campo no era campo, era un desierto; ¡todo pardo! ¡todo seco!  Se le apretaba el corazón, y se tenía una lástima infinita. "Yo debía haberme muerto sin ver esto, sin saber que había esta desolación en el mundo; para una pobre vieja de Susacasa, aquel rincón de la verde alegría, es demasiada pena estar tan lejos del verdadero mundo, de la verdadera tierra, y estar separada de la frescura, de la hierba, de las ramas , por esta leguas y leguas de piedra y polvo."


En su último peregrinaje por la capital, Doña  Berta , pasará de la Carrera de San Jerónimo, a la calle de Alcalá,  luego a la calle de Montera y a la red de San Luis y acabará en los primeros números de la calle de Fuencarral, frente a la casa de Cánovas:

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Por boca de  su personaje, Clarín reflexiona sobre la modernidad urbana .  Sin embargo, el Madrid que atemorizó a doña Berta  a nosotros nos parece hoy un vecindario abarcable, donde todo el mundo sabía quién era quién.  Lo que sí puede seguir vigente es el sentimiento de insignificancia  del individuo en la multitud que expresa el personaje:

"¡Y qué fugitiva le parecía la existencia de todos los demás, de todos aquellos desconocidos sin historia, tan indiferentes, que entraban y salían en el coche de segunda en el que iba ella, que le pedían billetes, que le ofrecían servicios, que le llevaban en un cochecito a una posada ¡Estaba perdida, perdida en el gran mundo, en el infinito universo, en un universo poblado de fantasmas! Se le figuraba que habiendo tanta gente en la tierra, perdía valor cada cual; y así debían de pensar las demás gentes, a juzgar por la indiferencia con que se veían, se hablaban y se separaban para siempre. Aquel teje maneje de la vida; aquella fusión de las gentes, se le antojaba como los enjambres de mosquitos de que ella huía en el bosque y junto al río en verano."


Si algún día van ustedes  por Madrid, recuerden a la señora Berta al pisar estos lugares.