lunes, 8 de abril de 2019

El corsario, de Lord Byron

Lord Byron compuso El corsario entre el 18 de diciembre y el 17 de enero de 1814, durante una estancia en la casa de su hermanastra, Augusta Leign. En febrero, ya había vendido, según su editor, más de 25.000 ejemplares. Este largo poema narrativo parece haber conectado con el espíritu de la época. Los lectores veían en el héroe de la obra no solo al propio Byron sino sus propios sueños y emociones, su propia sensibilidad.
El personaje del corsario o del pirata ( El pirata de Walter Scott, La canción del pirata, de Espronceda) va a entrar en la nómina de los  personajes románticos  marginados, misteriosos, rebeldes y  dotados  de una capacidad de sentir  emociones más profunda que las  el resto de los mortales. Conrado, el corsario de Byron, es un ser solitario, de pasado oscuro en los dos sentidos de la palabra, torturado psicológicamente, introvertido. Distante siempre de sus hombres, despierta en ellos un sentimiento casi religioso de respeto, temor y admiración; a él estos tributos no parecen llenarle el inmenso vacío de su existencia, vacío del que únicamente lo rescata el amor por Medora. Solo ella y los lectores comprenden su verdadera alma, donde pese a sus crímenes pasados, dominan los sentimientos puros de amor y honor.

Las dos personajes femeninos de la obra, Medora y Gulnara,son los medios por los que llegamos a ese fondo desconocido del protagonista. Ambas mujeres, unidas por el amor a Conrado, se complementan: una mata por él, otra muere por él. Porque el amor romántico está irremediable unido a la muerte, que es la única que puede darle, paradójicamente, la perfección.. El Pachá  no pasa de ser el enemigo arquetípico que por su tiranía se opone a la libertad del protagonista. Conrado lo ataca para defenderse de los planes del turco..

Por lo demás,  los ambientes propios del protagonista  son la isla y  el mar.  La isla simboliza el apartamiento de la sociedad, de la que el personaje, por sus crímenes o por la injusticia de esta contra él,  es un prófugo, un excluido; el mar es el símbolo de la libertad, allí donde el individuo se impone  sin más leyes ni valores que los suyos propios. No es cualquier mar, sino el de las costas griegas y turcas, el de  ese mundo oriental tan distinto y ajeno a la sociedad burguesa de la que huye Byron en su peregrinaje de dos años ( 1809-1810)  por España y Portugal,  Albania, Grecia y Turquía. 

Pese a que el lector puede tener ya plagado el imaginario de imágenes del cine sobre piratas e islas de piratas, banquetes orientales, mujeres con puñal y  mujeres languidecientes, lo cierto es que la obra de Byron conserva un poder de seducción y de evocación originales: sus descripciones son bellísimas, el ritmo de la acción y la dramatización,  perfectos;  los personajes, cercanos en su lejanía. 

Para aquellos que quieran conocer a grandes rasgos el contenido del poema, les dejo un resumen:

Canto I

Conrado, un corsario griego, surca el Mediterráneo extendiendo por éll su fama de hombre valiente y despiadado. Su hombres los respetan y lo temen . Su carácter introvertido, distante, impasible oculta la verdadera alma de Conrado, que se expresa sobre todo en su amor, profundo e inquebrantable,por  Medora, quien le corresponde con igual profundidad de pasión. 
Informado de la intención del Pachá  turco Seyr de lanzar un expedición para apoderarse de su refugio, decide  tomar la iniciativa, y atacarlo  antes. La despedida de los amantes es desgarradora.

Canto II

El Pachá está reunido con sus hombre en un banquete en el que celebran la próxima expedición. Conrad aparece y los ataca. Aprovechando el efectos sorpresa y el vapor que les causa a los turcos ver sus barcos y el palacio en llamas, Conrad parece salir victorioso del envite. Antes de partir, Conrada prohíbe a sus hombres hacer daño a las mujeres del harem, a las que salvan de las llamas. Sin embargo, el Pachá, repuesto de su sorpresa y viendo que los atacantes son un pequeño grupo pasa a la ofensiva y consigue capturar a Conrado. Su ejecución debe cumplirse al amanecer. En su mazmorra, ya dormido, recibe la visita de Gulnara ( Flor de granado) que le da las gracias por su salvación y la de sus compañeras, le expresa su intención de liberarlo mediando ante el Pachá.

 Canto III

Medora, sola  en lo alto de la isla, se inquieta por su amante. Supervivientes de la expedición le informan de que Conrado puede estar aún con vida y discuten el modo de rescatarlo. Gulnara intenta convencer al Pachá de que pida un rescate por Conrado en vez de matarlo. No consigue su propósito sino que despierta los celos y la furia de Seyr. En un segundo encuentro con Conrado le declara a este su amor y le propone asesinar al Pachá y huir juntos. Conrado se niega prefiriendo su suplicio y muerte a quedar deshonrado por haber matado al Pachá mientras este dormía. Sin embargo, sigue fuera de su mazmorra a  Gulnara y descubre lleno de espanto que la esclava ha dado muerte al Pachá como atestigua la sangre que hay en sus manos. Huyen en una barca. Gulnara está destrozada por la frialdad del trato de Conrado e intenta inútilmente que la perdone. Se cruzan con los hombres de Conrado, que precisamente acudían a su rescate.  Al final, Conrado se compadece de Gulnara y le manifiesta su agradecimiento. Impaciente por llegar a la isla, Conrado se lanza al mar para alcanzar la costa a nada más rápidamente. Ya en la casa de Medora, descubre que Medora se ha suicidado. Loco de dolor, huye del lugar, en el mar y desaparece para siempre sin que nunca más vuelva a saberse de él.





1 comentario:

Flecha literaria dijo...

No he leído este poema pero me ha gustado tu análisis porque es profundo. La historia me recuerda un poco a El Corsario negro, no sé si lo has leído. En cualquier caso, gracias porque tu reseña me ha dado ganas de volver a leer a Byron. Un saludo.