viernes, 4 de enero de 2019

Desayuno en Tiffany´s: un banquete de novela

Holly Golightly es, en mi opinión, uno de los personajes más seductores y originales  creado por autor alguno en la Historia de la Literatura. La joven no  es despampanante ni es una mujer fatal ; sin embargo, es magnética para todo hombre que cae en  su radio de acción, precisamente porque es diferente, inédita. Holly se mueve en un mundo a la vez sofisticado y sórdido, sin que, como a su gato, parezca  salpicarle la suciedad circundante ni se le suba a la cabeza, como a una snob, su éxito, que para ella no es tal. Entre cóctel y cóctel, parece ganarse la vida pidiendo suelto  para ir a retocarse la nariz al tocador de damas. En ese mundo de ricos en que cualquiera puede darle 50 dólares de dinero suelto para el tocador y otros 50 para el taxi, se mueve una fauna de tipos disparatados (mafiosos, millonarios tarados, brasileños cobardes…). Al lector no le cabe duda de que Holly  no vive solamente de esas propinas por su cara bonita. Holly se prostituye, pero surfea continuamente ese mundo de hombres basura sin que parezca que naufraga, como si su libertad sin concesiones ( no quiere pertenecer a nada ni a nadie), su moral inventada a su medida en cada frase, su extravagancia creativa fuera el aliento que la mantiene a flote. Todo ello sin que dejemos de sentir que se trata de un ser frágil y vulnerable que a cada paso roza ese borde desde el que las porcelanas delicadas caen haciéndose añicos. Representa el desarraigo querido, obligado o adaptativo (o todo a la vez). En perpetuo cambio, ni el pasado ni el futuro le interesan: ella es el presente, el viajero en tránsito que ni  permanece mucho tiempo en un lugar ni sabe ni le importa adónde se dirige. Representa, en cierto modo, el ser humano de la modernidad para el que es imposible todo vínculo duradero, para el que la "alegría" no es sino un perpetuo tour de force de la supervivencia. No sin ironía su única ancla es Tiffany´s donde -dice- parece que nada malo podrá pasar nunca.


El narrador de la historia _ ese escritor que se recuerda a sí mismo  en la época en que vivía en una mísera habitación entre cuyos vecinos estaba Holly _ es el máximo exponente de la ambigüedad que despierta la protagonista : los atrae a todos y a todos en el fondo (un fondo muy negro) les importa un bledo. Todos saben que es alguien de paso en sus vidas y ella, frente a otras heroína de la literatura, no se hace ni la menor ilusión al respecto. Holly pasa por la vida del escritor como un gato del vecindario que a veces se cuela en su casa y del que el escritor recuerda arañazos, carantoñas gracias y escapadas. Como mucho le desea que encuentre un buen amo que le dé casa, comida y cariño.

En conclusión, una excelente novela corta en la que  Capote logró un maravilloso equilibrio entre el decir y el sugerir, entre ternura y crudeza, entre sátira y canto, entre admiración y conmiseración, entre inocencia y picardía, entre intrascendencia y drama.

P.D. La famosa película “Desayuno con Diamantes”, con ser una buena película, no le llega a la suela del zapato a la novela.




2 comentarios:

Marcelo Zuccotti dijo...

Veo con sorpresa que hace mucho no visito éste, tu espacio, Squirrel. Y hay mucho para comentar.
Comienzo con éste, por ser el principio del año en curso, y pienso proseguir con aquellos que haya leído -para intercambiar opiniones- o tenga esperando. Si alguno de los que has encarado fueran de mi interés, también.
Yendo al libro, lo leí en una edición de colección de RBA, hace varios años. Coincido con tu mirada: para Holly la vida es sólo presente. Me ha gustado particularmente el contraste con la vida de los famosos, como si Capote pusiera el énfasis en la trastienda de la farándula. Algo similar ha hecho Woody Allen en 'Celebrity'.
Un abrazo.

Squirrel Ardilla dijo...

Gracias por tu comentario, Marcelo. Hace tiempo que sigo con interés tus reseñas, elaboradas e inteligentes,y, desde luego, estoy encantada de intercambiar contigo opiniones sobre nuestras lecturas.