La novela "No, mamá, no" se abre con uno de los párrafos más rotundos e inquietantes que recuerde. Sin la menor grandilocuencia, con frases breves, con palabras comunes, la narradora y, detrás de ella Verity Bargate, utiliza un martillo demoledor contra todos los cuentos comunes sobre ese momento, catalogado de maravilloso, de traer una vida a este mundo. Cada mujer vivirá de una manera diferente esa experiencia, sin duda, pero Bargate da aquí voz a aquellas que nunca pudieron romper el tabú de lo social y moralmente aceptable, esperable y exigible.
La protagonista acaba de dar a luz a su segundo hijo, Orlando; tampoco esta vez ha sido la anhelada hija. En ningún momento parece que ese deseo de una hija y el rechazo al niño se deban a frivolidades. Con maestría, Verity Bargate crea un ambiente inquietante, incómodo, cargado de explosivos de acción retardada. De vuelta a casa con su marido David y su primer hijo, Matthew, la vida transcurre dedicada a esas rutinas y automatismos domésticos que la autora convierte en una pequeña gran historia de terror.
La relación de pareja de Jodie va mal desde hace dos años; es decir, desde que despertaron de una pasión que fue más ciega de lo habitual. David ejerce sobre su mujer una violencia y una vigilancia cuya causa y finalidad no se desvelarán hasta el final, un final sorprendente y tan contundente como el inicio de la novela. Consciente de su indiferencia hacia a sus hijos, que no consigue vencer aunque hago los gestos maternales cuando toca, consciente del desprecio hacia su marido al que soporta como muerta a las noches, no encuentra salida alguna hasta que reaparece en su vida Joy, su única amiga íntima, la de su primera juventud. A una hora de distancia en tren, durante varias semanas, se ven todos los lunes. En estos encuentros Jodie lleva demasiado lejos una ficción que el lector no sabe muy bien cómo interpretar aunque presiente que de un momento a otro una realidad inmisericorde va a succionar a la protagonista.
En fin, esta novela me ha impactado como pocas lo han hecho hasta ahora. Mucho antes de Verity Bargate, la cotidianidad o la familia ya habían sido tratadas literariamente como el lugar donde ocurre lo verdaderamente terrorífico; sin embargo, la mirada que aporta esta autora es única y original; su atrevimiento en tratar el tema de la maternidad saltándose los tabúes es impresionante. Sabemos que las cosas no ocurren exactamente como nos las cuenta Jodie, la protagonista, pero difícilmente aceptaríamos la versión de los otros personajes como la válida. Sea una u otra la interpretación que el lector le dé al final, lo cierto es que se sale de la lectura dolorido y con muchas preguntas de difícil o imposible respuesta.
La ilusión más temible de la escritura es la que consiste en hacerte creer que puede abolir el espacio, y también el tiempo, volver a hacer presente lo que no está, o alcanzable lo que se ha perdido para siempre. Creo que cedí a esa tentación.TEODOR CERIC "Jardines en tiempos de guerra". Crear un blog literario es algo más humilde, pero tiene las mismas pretensiones imposibles.
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jueves, 8 de agosto de 2019
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