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viernes, 1 de septiembre de 2017

HISTORIA DE UN OCASO, DE STEFAN ZWEIG

Este volumen que lleva el título de Amok, contiene otros relatos, entre ellos Historia de un ocaso

Historia de un ocaso  es  un título de connotaciones un poco  épico-apocalípticas; es leerlo  y pensar en la decadencia de un imperio, de una civilización o, cuanto menos, de algún césar. No tanto, no tanto, pero tampoco es  la caída de un personaje de tres al cuarto. Stefan Zweig  se sintió atraído por  la historia  de una joven  aristócrata  de cierta relevancia en la corte de Luis XV,  Madame de Prie,  la favorita durante dos años de este rey de Francia.  El narrador no nos va a  introducir en  el mundillo de intrigas palaciegas  o en las  cuestiones de Estado que cambiaron la suerte y la vida  de esta dama, sino que, con gran acierto,  nos la presenta  prácticamente haciendo las maletas- es un decir-  tras recibir un billet  perfumado  en que el Rey la invita, no muy  cortésmente, a cuidar su salud en  la verde y lejana Normandía. Allí pasará unas semanas (desde su llegada en el verano de 1727 hasta el  7 de octubre) en que dos imposibilidades - la de  vivir en el destierro  y la de volver a la  situación anterior a él-  producirán  su derrumbe psicológico.

Porque esta novela, además de histórica, es una magistral novela psicológica. Así, en frío, una, que es plebeya, piensa  que el modo de castigar  que se gastaban los reyes  con nobles y favoritas era bastante benévolo y hasta flojillo : una estancia en un palacio (en el culo del mundo, sí, pero palacio), servidos  ricamente. Pero ahí está Zweig que  nos hace sentir realmente qué significa el poder para los poderosos, qué significa   pasar en un instante de estar  en el  centro del mundo  a estar  en su borde, allí desde donde solo se vislumbra el abismo. El destierro acaba siendo un castigo peor que la muerte.  Madame de Prie  es despojada de su identidad al ser despojada de  sus circunstancias. Ortega y Gasset decía aquello de " yo soy yo y mis circunstancias"; pues bien, Madame de Prie no es nadie sin ellas  y no  puede rehacerse  puesto que no dispone de los recursos espirituales para la empresa. Ella ya no es ella sino un vacío que ocupan  la debilidad, el  miedo, la rabia y la desesperación. Madame de Prie carece de mundo interior, al menos, en el sentido en que  lo entendemos desde la modernidad romántica y posromántica ;  toda ella, bajo sus ropajes de seda y su peluca empolvada, es superficial, frívola, artificial, teatral y cruel. Para esta aristócrata los demás  seres humanos no son sino  juguetes cuyos resortes  manipula  por crueldad, cálculo o, simplemente,  para  matar el aburrimiento.  Su gran tragedia será  descubrir que necesita a esos juguetes  humanos para ser  alguien, que necesita enredar en  sus fibras y, sobre todo, que necesita que  finjan con ella  - ya que sentirlos es imposible- admiración, amistad o amor.

Que la dama acaba mal, ya se lo  han ido barruntando ustedes; lo que no imaginan, ni yo tengo  la capacidad de transmitírselo, es  lo soberbias que son las últimas páginas de la narración. Muchas veces Zweig defrauda con sus finales; no es el caso de este relato.


miércoles, 12 de julio de 2017

EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO (1968-1998) (1) ANTONIO MARTINEZ CARRIÓN




Con esta entrada comienzo una serie de entregas sobre poetas y poemas que aparecen en la excelente antología que publicó Visor en 1998. Es tal su calidad que no me he resistido a dar a conocer aquí algunos de los poemas, los que más me han impresionado a mí . Espero que igualmente los disfruten ustedes.


ANTONIO MARTINEZ CARRIÓN (Albacete,1939)


En el  poema titulado el cine de los sábados, Martínez  Carrión han  conseguido, en un puñado de versos, hacer sentir al lector la emoción de un hombre que, ya cercano a los 40, recuerda esos sábados de la posguerra  miserable y española en que el cine era el gran acontecimiento para adolescentes y  para adultos .Sin signos de puntuación, en el poema se suceden  una  serie de imágenes  como fotogramas rotos y dispersos de la evocación.

El cine de los sábados


Maravillas del cine galerías
de luz parpadeante entre silbidos
niños con sus mamás que iban abajo
entre panteras un indio se esfuerza
por alcanzar los frutos más dorados
ivonne de carlo baila en scherazade
no sé si danza musulmana o tango
amor de mis quince años marilyn
ríos de memoria tan amargos
luego la cena desabrida y fría
y los ojos ardiendo como faros
         

Otro emocionante poema de Martínez Carrión fue el que escribió sobre Fernando Pessoa.  Martínez Carrión  nos lo retrata crudamente  _según referencias _en sus primeros momentos de difunto, hace un  inventario  _ también según referencias_ de la habitación del poeta, de los objetos más íntimos de cuya visión, el poeta muerto, ya no puede substraer a los extraños.

Crónica fabulosa de Fernando Pessoa

murió el oficinista tenía

una hinchazón horrible paperas
de diagnóstico turbio un diván
gayo papeles esparcidos
por todos los alvéolos de su historia
un hijo de cartón grifos corriendo
que erizaban el vello de los brazos
murió fumando erraba ciertas noches
por claveles de tinta por finos mecanismos
guarnecidos de piel por sellos antigripe
acompañados de un certificado inusitadas
pirámides de polvo hallaron
un orinal debajo de su mesa
postales pornográficas de indescriptible alcance
un libro muy oscuro sobre el maestro eckhart
una alcancía llena de coñac


según los más veraces testimonios
solía mirar al alba los enormes delfines
las joyas y los cuernos que trajeron de goa
una rodela del gran navegante botes de humo
mazmorras para herejes los despuntes
del día le cogían en éxtasis se llevaban
su abrigo de mezclilla  su aterrador paraguas
su personalidad que vaya usted a saber
y otra vez -sol muy tibio gaviotas-
lo devolvían a su inútil despacho
mientras doblaban quejumbrosamente
las verdes anclas del almirantazgo.



                 

jueves, 6 de julio de 2017

LA NOVELA DEL AJEDREZ DE STEFAN ZWEIG, UNA NOVELA IMPRESCINDIBLE DEL SIGLO XX


Hace unos cuatro meses , en el mercadillo de libros de la Plaza Nueva, me comentaba un comprador asiduo que empezaba a estar desesperado:  un libro lo llevaba a otros cinco y esos cinco a otros  25. Todos  ustedes sabrán qué es el crecimiento exponencial.  Sentir un deseo tan grande  de leer tanto es una  fuente de placer y de sufrimiento. ¿Quién  no tiene un  listado, sea en  una  libretita,  en un notebook o en  la memoria con esos títulos  indispensables   que nos  hemos prometido leer ya ? Y… ¡ ya, ya! , la lista va creciendo  y acabamos  por concluir que no  nos da la vida.
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Ese domingo, a pie de estantería, mi amigo y yo  sacamos del montón una novela de Primo Levi que yo acababa de leer con enorme admiración. Se la recomendé inmediatamente; a cambio él me recomendó La novela de ajedrez  de Stefan Zweig por eso de que trata el mismo tema y es también de un autor judio y, sobre todo, porque es  una novela magnífica . Yo les recomiendo encarecidamente que lean las dos y se darán cuenta de que han  topado con  dos de las mejores obras de la Literatura Universal, así, con mayúscula, no se arredren.


En  Si eso es un hombre   al protagonitsa-narrador-autor nos narra el aniquilamiento de la identidad  de los individuos por medio de las innumerables torturas cotidianas, físicas y psicológicas en un campo de concentración. Levi huye de la grandilocuencia y del melodramatismo. Es impresionante su contención verbal y su determinación de ser un testigo neutro de algo que sufrió  en carne propia.


La novela de Zweig se sitúa en ese mismo periodo histórico y aborda también la destrucción del individuo por medio de una refinada tortura psicológica. Uno de los personaje  de la novela, el Doctor B,  es  apresado por la Gestapo y  aislado en la habitación de un hotel. La mente no tiene ningún asidero, no puede sino girar en pensamientos que la fagocitan. Es así debilitada para someterla a interrogatorios intempestivos. El doctor B está a punto de sucumbir a esa tortura  psicológica  cuando roba un libro de un bolsillo del abrigo de unos de sus captores. Aquí introduce Zweig otro tema de una manera muy interesante. La salvación provisional le llega al personaje por la lectura . El autor le dedica a los libros  una de las loas más emotivas de la literatura.

El libro, como pueden imaginarse por el título de la novela, es de ajedrez, de  jugadas  entre los grandes maestros. Al principio, el prisionero se decepciona, luego se aferrará al libro. Durante un tiempo  su lectura lo ayudará a fortalecerse frente al enemigo; después, cuando  aburrido del libro, juegue mentalmente  al ajedrez convirtiéndose en el  jugador de las figuras blancas y el jugador de la figuras negras en la misma partida, enloquecerá.Vive  un desdoblamiento dentro de sí, como si hubiera incorporado las razones del bando amigo y las del bando enemigo. Dicho de otra manera, el enemigo pasa a formar parte de él , ya no está  fuera.

Una vez liberado, durante un viaje marítimo, acaba yendo en el mismo barco que el campeón  mundial de ajedrez. Es aquí donde se  vuelve a reproducir el desastre. El final, para qué negarlo, es desolador y hace entender un poco mejor por qué Zweig puso fin a su vida en 1942; la novela la escribió en 1941.