El título de una novela no es un asunto baladí. A menudo es como una brújula para orientarse en el mar de libros que atestan las librerías. Confieso que Amok fue un título que no me atrajo cuando entresaqué el libro de la estantería dedicada a Stefan Zweig. Me pareció el nombre de algún personaje exótico y estuve a punto de dejarlo. ¿Y qué es el Amok ? El protagonista del relato nos lo define: “Es más que una embriaguez…, es una locura, una especie de rabia humana…, un ataque de monomanía, insensata, que no se puede confundir con ninguna intoxicación alcohólica.
Quien así describe ese tipo de locura es un médico alemán que vive en una pequeña aldea de la Polinesia. Allí vegeta prácticamente aislado. Un día, recibe la sorprendente visita de una mujer blanca cuyas características son todo lo que él más admira y detesta: fría , orgullosa, altanera, dominante y muy hermosa. Recurre a este cirujano segura de que hará con habilidad y discreción cuanto ella exija. La dama, esposa de un rico comerciante holandés, está embarazada de un amante ; el regreso inminente de su marido, después de una ausencia de cinco meses, la urgen a poner fin a su embarazo de una forma secreta. En principio, el médico se niega, no por principios morales, sino por resistir a la fascinación que le produce el autocontrol y la soberbia de la mujer. Quiere que le ruegue, que doblegue su orgullo, cosa que la mujer no hace. A partir de aquí, una mezcla de odio y deseo feroz se apodera del doctor y desencadena una cascada de acontecimientos que lo arrastran sin que él pueda ejercer ningún control sobre ellos.
Sin duda uno de los atractivos de la novela radica en los muchos elementos psicológicos que la nutren. Stefan Zweig escribe interesado y preocupado por las derivas de lo irracional, de las conductas autodestructivas, por la carencia de autocontrol y por la mezcla de sentimientos y emociones contradictorios; amor y odio, compasión y crueldad, altruismo y mezquindad...
A quienes hayan leído otras novelas de Zweig les resultarán muy familiares los procedimientos narrativos del autor: Zweig se siente muy cómodo en un tipo de narración que podríamos llamar "confesional". En Amok , un pasajero de un barco ( narrador testigo) se encuentra durante la travesía a un extraño individuo que se esconde de los demás pasajeros (el médico alemán). Durante una noche en cubierta, este último, un verdadero náufrago de la vida que ya no soporta la carga de su secreto y está al borde del colapso, le cuenta su desgarradora historia. Su final nos lo desvelará el narrador testigo. Es el mismo procedimiento que Zweig sigue en Novela de Ajedrez o en Veinticuatro horas en la vida de una mujer.
Al igual que en las dos novelas citadas, Zweig crea en Amok una novela de personaje: se centra en un individuo y aparecen una antagonista y algunos personajes fugaces . Esa misma tendencia a la concentración se da en el tratamiento del espacio: la narración ocurre en un trasatlántico, el Estrella del Sur, y los hechos del pasado narrados por el médico, en la aldea donde ejercía él y la ciudad donde habitaba ella. El tiempo de la acción está delimitado con precisión : dos días en el barco y cuatro días de 1904 para la acción central.
Sin tropiezos ni rodeos, el ritmo es ágil, sostenido como una flecha que se dirige a su final inevitable. El gusto de Zweig por la linealidad cronológica y la ausencia de cualquier experimentalismo formal hacen de la lectura de esta elegante novela breve un ejercicio fácil y agradable.
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