Por lo demás no es suficiente hablar de un tema que se cree arrinconado, ninguneado en la literatura para escribir una buena novela. Técnicamente la novela es deplorable. La protagonista es una escritora que se propone investigar y escribir sobre una joven madre que ha matado a sus dos hijos. En ese proceso reconoce en ella misma, madre reciente, pulsiones destructivas. No estaría mal el planteamiento si la autora no nos mareara con el proceso de buscar la información y sus divagaciones sobre ella. Cansa ya el truco del escritor que narra el proceso mismo de su escritura y su investigación. Más cuando esa investigación no despierta interés por el personaje investigado. Llegamos al final no sabiendo por qué Alice mató a sus hijos: que el lector se las componga. Para este viaje a ninguna parte no se necesitan tantas alforjas. Si el crimen no es más que la forma extrema en la que deriva la depresión postparto, es un error engañar al lector prometiéndole una trama de suspense que desvelará algo desconocido.
En fin, novela cansina, de lectura fácil, solo indicada para aquellos que a estas alturas no se hagan idea de lo mal que lo pasan las madres cuando descubren en ellas sentimientos mucho más feos y turbadores que los que les enseñaron en películas , novelitas o revistas rosas. También indicado para madres jóvenes que no tengan amigas lo suficientemente amigas para contarles la verdad de sus emociones.
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